ABATIMIENTO Y TURBACIÓN
Abatimiento y turbación, son dos diferentes palabras, que dan la idea de una experiencia deprimente, caótica y devastadora. El efecto que provoca, se deja sentir en el corazón, “el cual es el centro del indiviudo;” y en el alma que son las facultades humanas.
El rey David en una ocasión, expresaba la condición tan difícil y deprimente en la que se encontraba, y para dar a conocer la real magnitud de lo que estaba viviendo, se dirige al alma usando ambas palabras Abatimiento y Turbación:
“¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.”
Salmos 42:5
Abatimiento significa: Postración física o moral de alguien. Es humillación, afrenta o bajeza. La repercusión de todo lo que estaba viviendo en ese periodo en particular, se había hecho presente aún en su cuerpo físico, y humanente proyecta un estado sumamente crítico, y agravado por la presencia de la turbación. Ante toda esa realidad, Él mostraba una postura de confianza y firmeza.
Turbación significa: Confusión, desorden, desconcierto. Lo que vivía era difícil y lo que percibía le creaba confusión. Dios le había prometido un reino, una corona y grandes victorias. Pero todo lo que estaba viviendo, era contrario a las promesas de Dios. No concordaban con sus expectativas, y no tenían sentido en su mundo. En efecto, hay ocasiones en que en la vida es idénticamente igual.
Lo sobresaliente en este caso, es que David sabía lo que tenía que hacer. No se encontraba ajeno a los pasos a seguir, para lograr tener victoria sobre todas esas experiencias desagradables y esas sensaciones potenciales de hundirlo en una profunda depresión. Y dos detalles constituían la liberación de semejante situación.
Lo primero es esperar en Dios. Esta no es una espera vana, infructuosa y sin resultados. Es la clave para la intervención Divina, obrando ante todo lo que requiera su participación. Pero hay un tiempo en el que Dios habrá de obrar y eso requiere de paciencia.
“Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.”
Lamentaciones 3:26
Dice que es bueno esperar, y debe hacerlo en silencio, para no dar lugar a las confesiones erróneas, y a la frustración personal.
El otro factor muy importante, es alabar a Dios. La alabanza que se le ofrece, expresa la magnitud de su grandeza y el control absoluto que ejerce sobre todo lo creado.
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca.”
Salmos 34:1
Esperar, confiar y alabar a Dios, es la clave para mejorar la realidad presente. Que en tu corazón sea mucho más fuerte este deseo, que el de llorar, sufrir y lamentar, sin importar la realidad de lo que estes viviendo.