DE DIOS ES ESTO
Cultivar la habilidad de discernir los intereses de Dios para los diversos propósitos que tiene para nosotros, es muy importante. Hay ocasiones en las que la falta de conocimiento de lo que Él desea realizar en un tiempo y valiéndose de las diferentes circunstancias que se presentan, hace que nos privemos de recibir y disfrutar del cumplimiento relacionado con su loable plan.
No sólo son los cambios favorables que se habrán de presentar juntamente con el bien, sino que además, es el efecto de un suceso normal, pero que tiene repercusiones anormales. No olvidemos, que lo que Dios lleva en su corazón para efectuarlo en nosotros, va más allá de lo que hemos experimentado, de lo que pensamos e incluso de lo que humanamente nos imaginamos.
Lo que causa pena o tristeza, es ver como algunos de los que han creído en el evangelio, no se han visto favorecidos totalmente aún, porque no han logrado conectarse con los planes de Dios, ni han logrado discernir sus intereses, ni la importancia de accionar en fe. El evangelio está lleno de bendición y abundancia, y Dios espera que lo que posee, se pueda manifestar y disfrutar en el presente.
“Y sé que cuando vaya a ustedes, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo“
Romanos 11:29
Tanto los intereses de Dios, la forma en la que Él piensa, como la manera de discernir el tiempo de accionar de nuestra parte, requieren de sincronización con Dios. Quizás la oportunidad se hará presente, desafiando la fe; pero, generará sucesos benéficos y bendiciones para los que nos rodean, mediante Su Poder.
“Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno”
Génesis 24:50
Esta historia se basa, en la necesidad de encontrar esposa para Isaac. Eliezer criado de Abraham, había recibido dicha encomienda y debía ser una mujer que dispusiera de características que fueran de acuerdo al propósito Divino. No sólo debía tener carisma y belleza, sino disponer de carácter, nobleza y formación.
Para la realización de semejante responsabilidad por causa de la magnitud de la encomienda, se necesitaba que Dios por un lado dirigiera sus pasos y por otro pusiera el mismo sentir en Rebeca.
Eso fue precisamente lo que ocurrió, y cuando los familiares de ella se enteraron del suceso, colaboraron para el cumplimiento de su propósito. No sólo ella fue bendecida, sino generaciones enteras.